Ante la escalada de violencia que sufre Haití
Ante la nueva escalada de violencia que sufre la patria hermana de Haití, la Red Eclesial Justicia y Paz en la Patria Grande manifiesta:
1- Nuestra solidaridad con el pueblo hermano de Haití, que una vez más debe enfrentar la inseguridad, muerte y violencia en su territorio.
2- Lamentamos que los caminos de diálogo estén cerrados y se recurra a la fuerza para resolver los conflictos políticos existentes,
3- Creemos firmemente en la vía democrática en tanto expresión fiel de la voluntad de los pueblos para alcanzar la Justicia y la Paz en todas las naciones hermanas de América Latina y El Caribe, y en este momento especialmente en Haití. Igualmente, en la necesidad de la presencia y vigencia de una autoridad política legítima y actuante.
4- Llamamos a las autoridades internacionales y a la comunidad mundial a no permanecer indiferentes ante el sufrimiento de las personas más pobres y más débiles del querido pueblo haitiano, que una vez más enfrenta la muerte, el hambre y el dolor. Y la intervención urgente de fuerzas internacionales de paz.
5- Condenamos los secuestros de personas que han ocurrido en este tiempo, en especial el de nueve religiosas y un profesor que fueron plagiados en los últimos días. Exigimos su liberación. Recordamos que la dignidad de toda persona humana es un valor que debe ser respetado en cualquier circunstancia.
6- Damos gracias por las organizaciones humanitarias, que a pesar del peligro que deben enfrentar a diario, siguen yendo en ayuda de quienes que más sufren en la sociedad haitiana.
7- Rogamos a la Virgen de Guadalupe, patrona de América, para que ilumine a las autoridades de la nación y mueva los corazones de líderes de las pandillas para buscar una salida a este conflicto que golpea con fuerza las personas más frágiles y vulnerables de la sociedad.
8- Expresamos nuestro especial afecto a quienes integran la Comisión de Justicia y Paz de Haití
a quienes tenemos de manera especial en nuestras oraciones y hacemos un llamado a mantener la vigilancia en la oración permanente por los frutos de diálogo, de reconciliación y de paz en Haití.