Iniciamos el Tiempo de la Creación: “Que la Justicia y la Paz Fluyan”

31.08.2023

¿Qué tal el verano? Seguramente a la vuelta de las vacaciones iniciaremos varias conversaciones con esta pregunta, y por norma general la respuesta será positiva y con la coletilla de… "cortas".

Pero, ¿cómo hemos vivido nuestro verano?, ¿todo el mundo habrá podido tener vacaciones? ¿hemos visitado otros países, gracias a un crucero, el avión, parando en buenos hoteles o por el contrario ni siquiera hemos podido ir al "pueblo" por tener que seguir trabajando?... en el caso de tener trabajo y un lugar al que llamar "mi pueblo".

Sabemos que la respuesta es negativa. No todo el mundo goza de salud financiera y posibilidades laborales que permitan unas sanas y largas vacaciones.

Si nos acercamos a los medios de comunicación verificamos que el mundo no anda bien y no es solo debido a la guerra de Ucrania y a los otros conflictos ignorados, a ello se suma la precariedad laboral existente, la desigualdad social que incide en el aumento de la migración y la inflación que ejerce su presión más severa sobre las personas más pobres.

Por otra parte, el 28 de julio marcó el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, el punto de inflexión en el que la humanidad ya hemos consumido todos los recursos que el planeta es capaz de regenerar en un año, excediendo en un 74% la capacidad de ecosistemas (informe de Global Footprint Network), pero ¿acaso nos preocupa este dato? Si te preocupa este dato, estás cerca de vivir las bienaventuranzas… especialmente la de "felices los que trabajan por la Paz, pues serán llamados hijos e hijas de Dios", y verdaderamente iniciaras un camino hacia la felicidad que parte de la conciencia de la realidad y de la disponibilidad personal para cambiarla.

Y todo esto sin entrar en los efectos producidos por el cambio climático. Por lo tanto, observando el panorama podríamos estar de acuerdo en que hay una ausencia de justicia y de paz en el mundo. Como si una gran presa retuviese el agua del bienestar y su distribución, privando de caudal a la sociedad y a la biodiversidad de sus cada vez más secos ríos.

Ojo, no tendamos a echar balones fuera, no solo tenemos que señalar a la clase política y empresarial, aunque tengan una mayor responsabilidad y deberían ser ejemplo. Asimismo cada uno de nosotros y de nosotras somos responsables de dejar o no fluir la paz y la justicia en nuestro entorno familiar, laboral y social.

Pero no todo es negativo, hay tiempo para la esperanza y los buenos ejemplos a seguir. La Iglesia católica nos propone constantemente iniciativas para mejorar las cosas, desde la fe, el amor, la alegría y sobre todo, la constancia, especialmente en el "Tiempo de la Creación".

El lema elegido este año por el Comité Ecuménico Internacional para el Tiempo de la Creación es un texto del profeta Amós (5, 24) que nos invita a reflexionar sobre su contenido: «Que el derecho corra como el agua, y la justicia como un torrente inagotable». Un lema que se nos presenta bajo el título "Que la justicia y la paz fluyan".

¿Qué es el Tiempo de la Creación y por qué requiere un lema?

Muchas personas cristianas no lo saben aún, pero del 1 de septiembre al 4 de octubre (festividad de San Francisco de Asís), la Iglesia Católica Romana, junto al resto de iglesias y comunidades cristianas hermanas y ecuménicas de todo el mundo celebramos un tiempo especial, el Tiempo de la Creación. En este tiempo se nos invita a recordar que Dios es el Creador (como afirmamos en el Credo y el Padre Nuestro), y que toda la vida y cosas que encontramos en nuestra Casa Común, incluida la vida humana, forman parte de su Creación, en un entorno de interdependencia mutua entre la humanidad, la biodiversidad y sus hábitats y el Creador.

Este tiempo tan especial y reciente (ya iniciado con Benedicto XVI y reforzado con el papa Francisco, el cual emite un mensaje especial para este momento), nos prepara para el inicio y nos invita a vivir otra bienaventuranza, la alegría de la gente limpia de corazón que sabe ver a Dios en cada detalle, en cada creatura, especialmente a través de la contemplación. ¿Cuánto tiempo hemos dedicado a la contemplación de la naturaleza en verano, reconociendo la sabiduría de Dios en el oleaje del mar, la observación de estrellas, absorbiendo el olor de las flores de nuestras calles, plazas y campos?

¿Cuánto tiempo dedicamos a la oración y a la contemplación de la obra de Dios, para entender el por qué y para qué de su creación? ¿Nos dejamos interpelar por la naturaleza que nos rodea? ¿Acaso nos importa?... ¿hemos leído la carta encíclica Laudato Si'?

Y aquí es donde tiene lugar la propuesta del Tiempo de la Creación, justo a la vuelta de las vacaciones, para empezar nuestra incorporación a las actividades dando gracias a Dios por la Creación, siendo conscientes de todos los beneficios que nos aporta, y de todo lo que podemos hacer para su custodia. Recordemos que en la medida en que custodiemos el medioambiente, también estamos combatiendo las causas de la pobreza y el desarrollo de la propia vida humana, en todas sus etapas. Ya no se trata solo de ser guardián de mi hermano, también de la biodiversidad y sus hábitats que conforman la Creación de Dios

Que la justicia y la paz fluyan…


El lema elegido para este año debería interpelarnos con fuerza, recordando que no se trata de emprender el camino en soledad, sino dejándonos acompañar y acompañando a otras personas, gracias a la comunidad cristiana.

Hay muy buenas prácticas al respecto, acciones que recuperan el valor de la palabra "justicia", cuando miramos con los ojos de Cristo y acciones que nos permiten generar estados de "paz", no como la propone el mundo, sino la Paz que procede del Padre. La escuchamos en el saludo de "Shalom" y en el saludo que San Francisco de Asís comunicaba con su "Paz y Bien". Una paz que va más allá de la ausencia de la violencia, y que nos reconforta en todos y cada uno de nuestros ámbitos vitales.

Por lo tanto, os invitamos a abrir las compuertas de estas presas internas y externas de la vida que impiden fluir la justicia y la paz como un rio generoso y abundante, que vuelve fértiles todas las vidas humanas y biológicas a su paso.

Hay muchas iniciativas católicas en España que esperan de vuestra presencia y colaboración, las Comisiones de Justicia y Paz son un buen ejemplo. También la iniciativa de "Economía de Francisco de Asís", que busca cambiar la economía global a través de la iniciativa de la juventud estudiante y emprendedora. También sugiero colaborar con las recientes comisiones y delegaciones de ecología integral diocesanas y parroquiales, que atraen a hermanos y hermanas de diferentes espiritualidades de la iglesia, para cooperar en restaurar el equilibrio entre la humanidad, la biodiversidad y Dios, a través de una cultura del diálogo y del cuidado.

En este tiempo de la creación anímate y anima a otros a generar acciones para dar gracias por toda la humanidad y por la biodiversidad que compartimos, y especialmente para concienciar y promover acciones que ayuden al cuidado de la vida y de los hábitats y recursos que nuestra Casa Común aporta (salidas contemplativas y peregrinaciones a santuarios en la naturaleza, planificación de huertos urbanos en las parroquias, talleres y videoforum sobre la ética del consumismo desenfrenado, catequesis sobre la Creación desde el Credo y el Padre Nuestro en la propia naturaleza de un parque o un bosque cercano…).

Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación

En este Tiempo de la Creación, en muchas ciudades del mundo, se celebrarán acciones como la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. Os invitamos a acercaros a las diócesis y parroquias que tienen estas celebraciones y a colaborar con esta acción.

Sin duda, podría ser el inicio de una nueva etapa en sus vidas, en donde el encuentro, el diálogo, la colaboración y la alegría del evangelio, podrían fluir desde sus corazones para inundar de esperanza sus ámbitos y entornos cercanos.

No olvidemos nunca las palabras de Jesús a la Samaritana en San Juan 4:

Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»

Así pues, recuperemos el sentido espiritual de las palabras "justicia" y "paz" para que vuelvan a ser fuentes de vida plena, en aquellos que las buscan con el corazón puro y la mirada abierta.

Por tanto, ¿permitirás que fluyan o te paralizarás?

Recuerda, no estás solo, no estás sola, en todas partes hay colectivos cristianos católicos que ya colaboran con la sociedad civil y con otras entidades, para aportar su experiencia o su ilusión, para que todo fluya conforme a la voluntad de Dios, y exista una paz duradera, fruto de una justicia real, como Dios nos propone a través del profeta Amos.

Buen retorno a casa y feliz Tiempo de la Creación. Que el Creador del Universo, nos inspire desde su infinito amor y bondad, para cuidar todas sus obras, que son buenas, muy buenas.

Carlos Jesús Delgado Reguera
Justicia y Paz Madrid