Seguir sembrando esperanza

20.12.2024
El fallecimiento de Federico Mayor Zaragoza, ayer día 19 de diciembre, nos deja un profundo pesar por la pérdida de un ser humano referente, un académico muy notable, un político honesto que supo abrir caminos hacia la transformación social de España ya desde los tiempos de la transición y una persona intensamente comprometida en la promoción y la defensa de los Derechos Humanos y la Cultura de Paz tanto desde la UNESCO como posteriormente desde la Fundación que él presidía.

Nos deja un gran amigo de Justicia y Paz. Cercano, disponible, generoso, y en esa cercanía y disponibilidad se aunaban denuncia, esperanza y urgencia. Denuncia de las violaciones de los derechos humanos, del poder de las plutocracias como el G7, G8, G 20… Su indignación ética ante la parálisis de organismos como la Unión Europea (lastrada por el requisito de la unanimidad) y las Naciones Unidas (lastada por el poder de veto en la Asamblea General).

Esperanza en el ser humano y sus potencialidades, esperanza en cada pequeño avance que se pudiera producir en el reconocimiento a la dignidad de las personas.

Urgencia en la tarea. Una tarea que no permite despistes y distracciones en zonas de confort porque cada ser humano alberga la semilla de un mundo más fraterno. Una urgencia que se enmarca en la puesta en marcha de su gran proyecto vital: La construcción de una cultura de paz que propició desde la UNESCO y ello, porque como afirma la Constitución de la UNESCO: "puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz".

Desde la Comisión General de Justicia y Paz España manifestamos nuestra gratitud por la Vida de D. Federico Mayor Zaragoza. Su ejemplo profundamente evangélico nos anima a no perder jamás la esperanza como también decía Arcadi Oliveres.

Comisión General de Justicia y Paz de España

Cada día
es un don
que vivo
con entrega creciente
y anoto
hondo
lo que contemplo,
pienso y siento
de este misterio
más inquietante
cuanto más tiempo
ha transcurrido
sin respuestas.
Infinito universo,
caduco mi cuerpo
que el espíritu trasciende
e interroga.
Cada día
es un don
precioso
si se vive
consciente
cada instante,
si no se abandona la búsqueda
y el amor
no se rinde.
Federico Mayor Zaragoza, Madrid, 16 de marzo de 2002.
Poemario "En pie de paz"