El regalo de Laudate deum

09.10.2023

El pasado día 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, final del tiempo de la creación e inicio de la fase sinodal en Roma, el Papa Francisco presentó una nueva Exhortación apostólica, la Laudate deum, urgida "porque la situación (de las consecuencias del cambio climático) se vuelve más imperiosa todavía" (LD 4), entre otras razones porque "perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas"(LD,2), de las más empobrecidas y de las generaciones venideras.

En Justicia y Paz recibimos con agradecimiento sincero el regalo que nos hace el papa Francisco de la Exhortación invitándonos a no cejar en el empeño de seguir aportando y cubriendo "el vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana "presión", porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos". (LD 58)

Nos sigue animando comprometernos y poner atención en la tarea de la defensa del cuidado integral de cada persona y su entorno vital, contra, "las burlas e irresponsables afirmaciones" (LD 58), también en algunos sectores de la Iglesia (LD 14), que "por más que se pretenda negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patente" (LD 5). Si "todo esta conectado y nadie se salva solo" (LD 19) nuestra misión y mirada en la defensa de los derechos humanos, en cualquier rincón del vasto mundo, adquiere renovada ilusión y esperanza y nos invita a seguir trabajando, en espíritu sinodal y en coordinación con todas las personas y comunidades, en línea con los valores evangélicos y de la Doctrina social de la Iglesia, por el bien común y la dignidad de las personas, sobre todo por aquellas que más sufren el impacto del deterioro del cambio climático (LD 53) y de la ausencia de soluciones más efectivas que, aunque no sólo, dependen en gran medida de las decisiones políticas y económicas.

Ante ese pecado estructural y la falta de decisiones (dos capítulos de los 6 hablan del sentido de las COP), y porque «buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial» (LD 57), la Laudate deum no se acaba sin que el Papa nos recuerde a los fieles católicos que el compromiso con el cambio climático brota de nuestra fe que "no sólo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los propios objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado" (LD 61). Por eso, el Papa sigue invitando a cada persona a un camino de reconciliación con el mundo que nos alberga. Reconciliación que pasa por una conversión porque "no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas" (LD 70) Así, "junto con las indispensables decisiones políticas, estaríamos en la senda del cuidado mutuo". (LD 72)

Fidel García, secretario general.