El poder transformador de una cultura de paz
El seminario Derechos Humanos y Seguridad forma parte del ciclo dedicado a los diálogos sobre Derechos Humanos, que integran la Jornada 2024 de Justicia y Paz, con sus últimas reflexiones en Mallorca, del 18 al 20 de octubre.
El objetivo de esta sesión era analizar el estado actual del mundo, marcado por la guerra, el hambre, el miedo y la necesidad urgente de justicia y de paz. Participaron tres personas con un gran compromiso hacia la paz: Pere Ortega, Tica Font y Ana Barrero, acompañados por el presidente de la Comisión General de Justicia y Paz, Fco. Javier Alonso. Tanto Pere Ortega como Tica Font impulsan con fuerza y desde sus inicios el Centro Delàs de Estudios por la Paz. Ana Barrero es la directora de la Fundación Cultura de Paz.
Pere Ortega hizo una crítica a las políticas del bloque occidental, responsabilizándolas de la situación global actual, especialmente en conflictos como Ucrania, Palestina, Siria, Yemen y Sudán del Sur.
Destacó el aumento del gasto militar en Europa y la OTAN, comparándolo con el gasto de Rusia y China, y advirtió sobre el peligro de una guerra mundial, posiblemente nuclear. Las políticas de la Unión Europea fomentan el militarismo, incluyendo la eliminación del IVA en el comercio de armas y la financiación de la industria militar.
Abogó por la distensión, la cooperación, la coexistencia pacífica y el desarme como caminos hacia una seguridad compartida y común.
Tica Font habló sobre la nueva era marcada por la competencia entre Estados Unidos y China por la hegemonía mundial y el desarrollo de nuevas tecnologías militares, que incrementan la conflictividad mundial.
Explicó cómo el presupuesto de defensa de la Unión Europea ha aumentado significativamente, incluyendo subvenciones para la compra conjunta de armas y la investigación en nuevos armamentos dentro de Europa. Destacó las estrategias financieras para apoyar el gasto militar sin sobrepasar los límites de la deuda pública.
Mencionó el resurgimiento de los debates en torno al servicio militar obligatorio para hombres y mujeres en Europa, como una forma de inculcar patriotismo.
Propuso debates públicos sobre el uso de tecnologías para el bien común y la seguridad de las personas, en lugar de para la destrucción y la muerte.
Ana Barrero explicó el origen del concepto de cultura de paz, impulsado por la UNESCO y otros pioneros como Joan Gomis, primer presidente de Justicia y Paz Barcelona.
Enumeró los desafíos actuales que amenazan la paz y los derechos humanos, incluyendo desigualdades, conflictos, migraciones forzosas, deterioro ambiental y extremismos violentos.
Compartió la reflexión del papel del miedo, que es utilizado como herramienta de control social, y la importancia de superarlo mediante la educación y el diálogo.
Hizo un llamamiento a transformar la cultura de violencia en una cultura de diálogo, entendimiento y solidaridad, destacando la necesidad de que la educación desarrolle competencias para la paz, el pensamiento crítico y el juicio ético. Subrayó la responsabilidad de la ciudadanía en la construcción de una cultura de paz y la necesidad de invertir en la paz en lugar de en la guerra.
En el espacio de debate se discutió la posibilidad de un conflicto económico entre Europa y Estados Unidos debido a la apuesta de Europa por la industria militar propia. Se hizo hincapié en la importancia de las lecciones históricas, de aprender de los conflictos bélicos, como la Guerra Civil española, para comprender el impacto devastador de la guerra.
La responsabilidad ciudadana es fundamental a la hora de defender la paz y actuar de forma crítica con las narrativas de los medios de comunicación, que apoyan el militarismo al estar al servicio del economicismo.
Para conseguir que el espíritu de los derechos humanos esté vigente en todas las sociedades es necesario un desarrollo no solo económico, sino social, cultural, de igualdad de género, así como de respeto y conservación del entorno medioambiental.
El Seminario concluyó con la reafirmación del compromiso hacia
la paz, de mantener la esperanza y continuar los esfuerzos en educación, cambio
político y cultivar una cultura con las bases de la paz para lograr otro mundo posible. Seguridad, ¿de quién? y ¿frente a qué?
Consejo Permanente Justicia y Paz