Mensaje a la generación joven
Para ti, joven, que amas la vida. Acoge estas palabras de un hombre que ha caminado por el mundo soñando y luchando por una nueva humanidad de paz y fraternidad. Os comparto cómo visualizo el mundo que vivimos. El 10 de diciembre de 1948, después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, que dejó 60 millones de muertos, la Asamblea de Naciones Unidas proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Esta Declaración significó un avance para la humanidad en orden a la construcción de una sociedad libre de conflictos bélicos. Este acontecimiento fue un paso trascendental en la toma de conciencia de la fraternidad universal y de la dignidad de la persona sin importar raza, cultura, lengua, nacionalidad, credo religioso, género o condición social.
Sin embargo, hoy vivimos en un mundo caracterizado por las guerras, el genocidio de Israel en Gaza y el riesgo de una catástrofe nuclear global, que pondría en peligro la existencia de la vida en el planeta.
Los países poderosos tienen el poder de las armas y el dinero, pero les falta la verdad, que la tiene la gente sencilla y noble. Los pequeños tienen la fuerza de la razón frente a la razón de la fuerza de los grandes.Yo soy testigo del inmenso e hiriente sufrimiento de las guerras en Centroamérica y en Oriente Medio. Hoy existen 56 conflictos bélicos en el mundo. En todas las guerras los grandes ganadores son los fabricantes y comerciantes de armas. Pero los muertos los pone el pueblo. Todas las guerras tienen una causa común: la ambición geopolítica y económica de controlar la riqueza del planeta. No es bueno para la humanidad la existencia de un bloque unipolar. Estados Unidos tiene alrededor de 800 bases militares en 73 países y con ello pretende dominar el mundo. Nuestros enemigos no son los norteamericanos, ni los rusos, ni los chinos, ni los israelíes, ni los árabes, ni los palestinos… Nuestros enemigos son la codicia económica, la injusticia, la venganza, el racismo, la indiferencia ante el sufrimiento humano… Estos son nuestros enemigos.
La Paz es vivir en armonía con la Naturaleza, con las montañas, los valles, los ríos, los mares, las aves, los animales del campo… La Tierra y la Humanidad son inseparables, forman una única entidad indivisible. Los seres humanos somos parte de la Tierra. Somos Tierra que siente, Tierra que piensa, Tierra que ama, Tierra viviente.
Llora la naturaleza y llora la paz
Vosotras, personas jóvenes, chicos y chicas, soñáis con un mundo nuevo más humano, justo, libre, equitativo, en donde se respeten los derechos humanos y se desarrolle la Cultura de Paz. Si mueren los sueños muere la esperanza.
Soñáis con un planeta limpio. Pero lamentablemente, vivimos una situación de crisis climática -el cambio climático-. Se está contaminando el medio ambiente. Se contamina los aires, los suelos, los ríos, los mares. Este año 2024 ha superado el récord de la temperatura más alta en las aguas del mar, fenómeno que ocasiona huracanes, DANAS como la de Valencia y en otros muchos lugares del planeta. Si no hay cambios profundos a nivel mundial, vuestra generación lo a pasar muy mal. El cambio climático va acelerándose y os plantea un desafío.
El planeta Tierra solo tiene remedio con una civilización de la sobriedad compartida. Que todos los seres humanos tengan cubiertas sus necesidades básicas de alimentación, vivienda, trabajo, salario digno, salud, educación…, pero no con derroches. Para acabar con la pobreza y salvar el planeta, hay que acabar con las grandes diferencias sociales que hay en el mundo, con ese 1% que posee casi tanta riqueza como el 99% de los habitantes de la tierra (Oxfam).
Sé que sois conscientes de esta realidad. En vosotros y vosotras está la capacidad de forjar una nueva humanidad. Para ello es necesario una recia personalidad. Ahí está el sentido de vuestra vida. El amor, la solidaridad, la ternura, la compasión son una fuerza transformadora personal y social. También tenéis la esperanza de un mundo mejor del que os hemos dejado las personas adultas.
Levantad vuestra mirada más allá de las fronteras. Sed valientes, tened decisión porque os jugáis vuestro futuro y el de las generaciones venideras. Necesitamos construir una nueva civilización capaz de asegurar una vida digna y feliz para todos los seres humanos en un planeta y en un país con recursos limitados.
Sois la esperanza. Ha llegado el momento. A lo largo y ancho de la Tierra emergen movimientos de jóvenes que buscan un estilo de vida más participativo, justo, equitativo, sencillo, abierto al diálogo, solidario y compasivo tanto con el ser humano como con la naturaleza. Es hora de soñar en una nueva civilización, en la utopía de otro mundo posible, porque amamos la vida y amamos a la humanidad. Es hora de romper fronteras, abrir puertas y ventanas a los pueblos del mundo, con una actitud de respeto y diálogo, sin complejos de superioridad ni de inferioridad, libres de prejuicios y dependencias alienantes, apostando por la creación de hombres y mujeres nuevos con profundidad ética y espiritual, para incidir en el cambio estructural que el mundo necesita.
A lo largo de la historia han sobresalido grandes hombres y mujeres, que han defendido los Derechos Humanos y la Paz, que son hitos en el camino para un mundo de fraternidad universal. Señalo alguna referencia: Buda, Jesús de Nazaret, Francisco de Asís, Bartolomé de las Casas, Bahaúllah, Mahatma Gandhi, Luther King, Teresa de Calcuta, Oscar Romero, Raquel Corrie, Nelson Mandela, Pedro Casaldáliga, Ignacio Ellacuría, Rigoberta Menchú, Berta Cáceres, José Mújica, Dalai Lama, papa Francisco…
Cada persona y especialmente vuestra generación tenemos la misión de dejar una huella para la construcción de otro mundo alternativo. Un cordial y fuerte abrazo a cada uno de vosotros y vosotras.
Fernando Bermúdez, Justicia y Paz Murcia.