En medio de la DANA

06.11.2024
Dios perdona siempre,
el hombre perdona a veces,
la naturaleza no perdona nunca.


Pero no es un venganza del planeta, es simplemente una respuesta. El punto 2 de le encíclica Laudato si' de Francisco comienza: "Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella." Y se está refiriendo a la hermana nuestra madre tierra de San Francisco de Asís.

Es imposible controlar una DANA como la que hemos sufrido, cierto, pero sí es posible y necesario adaptarnos a la geografía, a la climatología, a la fuerza de la naturaleza.

Tiempo ha habido para aprender lecciones, pero seguimos considerándonos los dueños de la creación. Construimos donde es más rentable, consumimos como si los recursos del planeta fueran ilimitados, vivimos un presente como si no hubiera un mañana.

Con todo, lo ocurrido en l´Horta Sud de Valencia y en otros pueblos ha sido una catástrofe de unas dimensiones aún incalculables que nos costará muchísimo tiempo recomponer.

Muerte, destrucción material, corazones rotos, futuro ennegrecido. Tantas preguntas sin respuesta y absurdas respuestas sin pregunta.

No perdamos nuestra energía ni un minuto de nuestro tiempo en lamentaciones. No podemos dejarnos dominar por la rabia. Hay demasiado barro en las calles, en las casas y en el alma como para embrutecer más el panorama con el fango político… No nos ensuciemos, pero eso sí, aprendamos. Ahora es el momento de la responsabilidad, tiempo habrá para las responsabilidades.

Gracias a tantas personas voluntarias que muestran la parte más sana de lo humano. Gracias a tantísimos profesionales que se van a desvivir por recomponer tanto destrozo. Gracias a la colaboración de tanta gente que se ha movido a ayudar. Gracias a quienes rezan porque conocen el valor de la oración.

Aprendamos.

Pongamos en orden nuestra jerarquía de valores. No puede estar el dinero por encima de las personas, no puede estar la producción por encima de la familia, no puede el consumo convertirse en proyecto de vida, no pretendamos estar por encima de todo, no quitemos a Dios de nuestras vidas siendo como es nuestro Creador y Padre. Acojamos la ideas pero que no nos arrastren las ideologías. Votemos pero no nos desentendamos del compromiso social y político. Comprometámonos como personas cristianas en hacer de esta sociedad un mundo de solidaridad, de caridad, de hermandad.

Está en nuestras manos.

Desde Valencia
Vicent Ample Llopis