Declaración de Paz 2024 de la ciudad de Hiroshima

06.08.2024

Ciudadanos/as del mundo, ¿qué opinan? ¿Son necesarias unas fuerzas nucleares más potentes para la seguridad nacional? ¿Y las carreras armamentísticas, compitiendo por mantener la superioridad sobre otras naciones? La prolongada invasión rusa de Ucrania y el empeoramiento de la situación entre Israel y Palestina se están cobrando la vida de innumerables personas inocentes, destrozando la vida normal. Me parece que estas tragedias mundiales están ahondando la desconfianza y el miedo entre las naciones, reforzando la suposición pública de que, para resolver los problemas internacionales, tenemos que recurrir a la fuerza militar, algo que deberíamos rechazar. En estas circunstancias, ¿cómo pueden las naciones ofrecer seguridad a sus pueblos? ¿Acaso no es imposible?

A través de los pilares bajo el Museo Conmemorativo de la Paz, podemos ver el Cenotafio de las Víctimas de la Bomba Atómica. Cualquiera que rece en el Cenotafio puede mirar directamente a través de él hacia la Cúpula de la Bomba Atómica. El Parque Conmemorativo de la Paz, con estas estructuras en su eje norte-sur, fue construido de acuerdo con la Ley de Construcción de la Ciudad Conmemorativa de la Paz de Hiroshima, promulgada hoy hace setenta y cinco años. Construido por el pueblo de Hiroshima y muchos otros buscadores de la paz, se ha convertido en un lugar para conmemorar a las víctimas y para pensar, hablar y hacerse promesas mutuas sobre la paz.

Si, después de la guerra, Japón hubiera abandonado nuestra Constitución de Paz y se hubiera centrado en reconstruir su ejército, la ciudad de paz que es hoy Hiroshima no existiría. De pie aquí, podemos sentir la determinación de quienes nos precedieron para eliminar el azote de la guerra, confiando en la justicia y la fe de las personas amantes de la paz de todo el mundo.

Expresando esa determinación, un hibakusha comunicó continuamente el espíritu de Hiroshima. «Ahora es el momento de cambiar el rumbo de la historia, de superar los odios del pasado, uniéndonos más allá de las diferencias de raza y nacionalidad para convertir la desconfianza en confianza, el odio en reconciliación y el conflicto en armonía». Este sentimiento edificante fue escrito por un hombre que, siendo un niño de 14 años, vio escenas de un infierno viviente: un bebé con la piel pelada hasta la carne roja junto a su madre quemada de pies a cabeza, y un cadáver con las tripas esparcidas por el suelo.

En 1989, un masivo movimiento popular por la democracia derribó el Muro de Berlín, símbolo predominante de la Guerra Fría. El presidente Gorbachov expresó la necesidad colectiva de paz de la humanidad y su determinación de detener la carrera armamentística, acabar con el terror nuclear, erradicar las armas nucleares y buscar sin descanso soluciones políticas a los conflictos regionales. Él y el presidente Reagan trabajaron juntos a través del diálogo para poner fin a la Guerra Fría, lo que llevó a Estados Unidos y a la Unión Soviética a concluir el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas. Demostraron que los responsables políticos pueden superar incluso situaciones críticas mediante una decidida apuesta por el diálogo.

No nos resignemos al pesimismo ante la caótica situación mundial. Al contrario, mostremos decisión como en el pasado y con la esperanza en el corazón, emprendamos una acción colectiva. Nuestra unidad moverá a líderes que ahora confían en la disuasión nuclear a cambiar sus políticas. Podemos hacer que eso ocurra.

Para extinguir la sospecha y la duda que crean conflictos, la sociedad civil debe fomentar un círculo de confianza mediante el intercambio y el diálogo con consideración hacia todas las personas. Debemos extender más allá de las fronteras nacionales la sensación de seguridad que sentimos en nuestra vida cotidiana. El paso crucial aquí es compartir y empatizar con las experiencias y valores a través de la música, el arte, los deportes y otras interacciones. Mediante este intercambio, creemos un mundo en el que todos los pueblos compartamos la Cultura de Paz. En particular, hago un llamamiento a la juventud, que guiará a las generaciones futuras, para que visiten Hiroshima y, tomando a pecho lo que experimenten aquí, creen un círculo de amistad con personas de todas las edades. Espero que reflexionen sobre lo que pueden hacer ahora, y actúen de forma conjunta para ampliar su círculo de esperanza. La ciudad de Hiroshima, en colaboración con "Alcaldes por la Paz", que en la actualidad cuenta con más de 8.400 ciudades miembros en 166 países y regiones, apoyará activamente los esfuerzos de la comunidad para aumentar la conciencia de paz.

El pasado año fiscal, aproximadamente 1,98 millones de personas de todo el mundo visitaron el Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima. Esta cifra récord evidencia un interés sin precedentes por la ciudad bombardeada atómicamente y un aumento de la conciencia pacifista. Mi esperanza es que el mayor número de líderes mundiales visiten Hiroshima, experimenten la voluntad de la sociedad civil, adquieran una comprensión más profunda del bombardeo atómico y guarden en sus corazones la súplica de los hibakusha: «Nadie debe sufrir nunca como nosotros». Entonces, mientras estén aquí, espero que, con férrea determinación, hagan un llamamiento apremiante a la abolición de las armas nucleares.

Por dos veces consecutivas, la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) no ha logrado adoptar un documento final. Estos fracasos han puesto de manifiesto una dura realidad, a saber, las enormes diferencias existentes entre los países con respecto a las armas nucleares. Espero que el gobierno japonés, que ha declarado en repetidas ocasiones que el TNP es la piedra angular del régimen internacional de desarme y no proliferación nuclear, ejerza un liderazgo firme, llamando a todos los países a trascender sus posiciones y entablar un diálogo constructivo hacia una relación de confianza. Además, solicito que Japón, como un esfuerzo práctico hacia un mundo libre de armas nucleares, participe como observador en la Tercera Reunión de los Estados Parte del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares que se celebrará en marzo del próximo año. Posteriormente y tan pronto como sea posible, Japón debe convertirse en parte del Tratado. Además, exijo que el gobierno japonés refuerce las medidas de apoyo a las personas hibakusha, incluidas las que viven fuera de Japón. Ahora que su edad media ha superado los 85 años, el gobierno debe aceptar que siguen sufriendo los numerosos efectos adversos emocionales y físicos de la radiación.

Hoy, en esta Ceremonia Conmemorativa de la Paz que marca 79 años desde el bombardeo, ofrecemos nuestras más profundas condolencias a las almas de las víctimas de la bomba atómica. Junto con Nagasaki y las personas afines de todo el mundo, recordando una vez más la lucha de las personas hibakusha, nos comprometemos a hacer todo lo posible para abolir las armas nucleares e iluminar el camino hacia una paz mundial duradera. Ciudadanos/as del mundo, caminemos con esperanza en el corazón con Hiroshima hacia la paz del mañana.

Matsui Kazumi, alcalde de la ciudad de Hiroshima