Los comentarios del presidente de Ucrania aumentan las tensiones nucleares con Rusia
En una reunión con quienes lideran la Unión Europea, que tuvo lugar el pasado 17 de octubre, el presidente Volodymyr Zelenskyy afirmó que si Ucrania no consigue formar parte de la OTAN creará armas nucleares. Los comentarios que han provocado una respuesta inmediata del presidente de Rusia Vladimir Putin, que ha afirmado que no permitirá que eso suceda.
Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022 y desde ese momento se han usado amenazas abiertas y tácitas para intentar intimidar a los países occidentales con el fin de que no intervengan y la detengan. Estas amenazas se han castigado globalmente, con la primera condena multilateral inequívoca por parte de los miembros del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN) en junio del 2022. Los países occidentales han respondido mediante condenas a las amenazas de Rusia y aumentando progresivamente su apoyo militar convencional a Kiev, enviando armas más sofisticadas e inteligencia a las fuerzas armadas de Ucrania para que las usen.
Los gobiernos de los países occidentales han mantenido el silencio sobre los últimos comentarios del presidente de Ucrania, que se consideran una amenaza velada para obligarlos a que les dejen entrar en la OTAN. En una rueda de prensa conjunta con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, el pasado 17 de octubre, Zelenskyy dijo que su país no está creando armas nucleares, pero dado que se ha informado de que dio el mismo argumento en su reunión con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en septiembre, es muy poco probable que se haya expresado mal o que no se le haya entendido bien.
El uso de esta retórica nuclear ha intensificado las tensiones nucleares con Rusia, como demostró la respuesta del presidente Putin el pasado 18 de octubre cuando afirmó que cualquier movimiento de Ucrania para crear estas armas recibirá una «reacción apropiada». Este tipo de respuestas son comunes en los Estados con armas nucleares que atacan cuando un enemigo habla sobre crear este tipo de armamento. Hemos oído algo parecido por parte de Corea del Norte desde que analistas y políticos de Corea del Sur especularon sobre la creación de armas nucleares.
La creación de armas nucleares de Ucrania puede tener grandes repercusiones para la seguridad mundial porque también implicará la salida de Kiev del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) que también provocaría un duro golpe para el Tratado al que se han unido casi todos los países.
El líder ucraniano ha tratado de reforzar sus argumentos repitiendo la afirmación de que Ucrania renunció a las armas nucleares que heredó tras el colapso de la Unión Soviética a cambio de garantías de seguridad que no se cumplieron cuando Rusia la atacó. Pero esto no es del todo cierto.
En virtud del Memorándum de Budapest de 1994, Estados Unidos, Rusia y Gran Bretaña prometieron respetar la integridad territorial de Ucrania y se comprometieron a intentar ayudarla a través del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas si era víctima de una agresión, por lo que la invasión rusa y el hecho de que las potencias occidentales no hicieran más por protegerla pueden considerarse un incumplimiento de ese acuerdo.
Sin embargo, si bien es cierto que Ucrania devolvió a Rusia las armas que estaban en su territorio después de independizarse, la mayoría de expertos coinciden en que no tenía mando ni control sobre esas armas porque eso se llevó a cabo desde territorio ruso. Por consiguiente, la posibilidad de que Ucrania pudiera haber conservado armas nucleares en funcionamiento en ese momento es más una especulación que un hecho.
La directora ejecutiva de ICAN, Melissa Parke, afirmó: «Cada amenaza adicional, sea velada o abierta, y cada escalada en la retórica nuclear aumenta el riesgo de una catástrofe. Está impulsada por angostas y miopes concepciones de seguridad nacional, donde la posesión y el uso de armas nucleares se considera una respuesta justificada a amenazas extranjeras. Ucrania y Rusia deben moderarse y evitar el incremento de mayor escalada de tensiones nucleares».
Parke prosiguió: «Por ello, cada vez más países se adhieren al Tratado de Prohibición de Armas Nucleares de la ONU. Reconocen que la eliminación total de armas nucleares es un imperativo de seguridad mundial y es responsabilidad de todos los Estados, no solo de los que poseen armas nucleares. A medida que aumentan los riesgos del uso de armas nucleares, impulsados por las amenazas, la retórica incendiaria y la creciente importancia de las armas nucleares en las políticas y doctrinas de seguridad, la respuesta de la comunidad internacional debe ser estigmatizar y deslegitimar las armas nucleares y construir una norma mundial sólida contra ellas. El TPAN ofrece el camino más práctico para ello».