Afrontar nuestros miedos y reconectar el mundo en esta Cuaresma de 2024

14.02.2024


El año pasado Justicia y Paz de Europa decidía el carácter bianual de su acción concertada y la formulaba directamente: "Afrontar nuestros miedos y reconectar el mundo". "No tengáis miedo" es nuestro punto de partida. No son palabras nuevas de Justicia y Paz. Son palabras de Jesús en el Evangelio (Mateo 10, 26). También son palabras de san Juan Pablo II. Son las palabras con las que saludó al mundo entero al comenzar su pontificado y que repitió con frecuencia y que yo pude oírle en el Monte el Gozo en la Jornada Mundial de la Juventud en 1989.

En los últimos cien años el miedo ha recorrido demasiadas veces el alma de la humanidad. La primera guerra mundial nos sobrecogió con sus niveles nunca vistos de destrucción y barbarie. La segunda guerra mundial sobrepasó con creces los niveles destructivos de la primera. En los años sesenta el conflicto en Cuba nos abría de nuevo a la posibilidad de una guerra nuclear. El fin de la Unión Soviética parecía abrir una nueva etapa de paz para la humanidad. Pero ni el fin de los regímenes colectivistas ni la pretendida primavera árabe nos han traído la paz anhelada. Hoy nos sobrecogen todas las guerras y especialmente las que nos quedan más cerca: Ucrania, Israel, Palestina, Armenia.

Justicia y Paz nos pide afrontar nuestros miedos. Las comisiones europeas de Justicia y Paz se comprometen a afrontar nuestros miedos. La fe nos da razones para la esperanza y para activar la caridad, para reconectar el mundo. Y la fe no está sola en esta misión.

Conocemos motivos serios y profundos para afrontar nuestros miedos y reconectar el mundo. Después de la primera guerra mundial nació la primera institución universal, la Sociedad de Naciones. Y nació la Organización Internacional del Trabajo para recordarnos que no hay paz sin justicia social. Después de la segunda guerra mundial nació Naciones Unidas y se firmaron los primeros pactos con los que nació la Unión Europea. Ninguna de estas instituciones humanas es perfecta, ninguna es la garantía definitiva de justicia y paz en la Tierra. Pero son instrumentos para afrontar nuestros miedos y reconectar nuestro mundo.

Hoy urge apostar por una autoridad política mundial que supere las limitaciones de Naciones Unidas en la línea que estableció el Consejo Pontificio de Justicia y Paz (2011). Hoy tenemos que continuar apostando por la prohibición de las armas nucleares y la plena vigencia no solo del Derecho Internacional Humanitario, sino de todo el Derecho Internacional.

Necesitamos mayor cooperación internacional y no solo entre Estados. Debemos extender las redes que nos comunican en Europa y de Europa al resto de los continentes. Debemos mantener los ojos abiertos a las realidades de nuestro mundo y, como decía Luis Zurdo, construir puentes.

Justicia y Paz España se sigue comprometiendo a construir redes dentro y fuera de la Iglesia: a luchar por los derechos humanos en la Federación de Derechos Humanos de España, a trabajar por la cooperación al desarrollo en la Coordinadora, a pugnar por la garantía de los derechos de quienes buscan asilo, refugio y hospitalidad con Migrantes con Derechos, a salvaguardar la dignidad de las víctimas de trata en Tejiendo Redes contra la Trata, a apostar por una cooperación evangélica en Enlázate por la Justicia y a promover el trabajo decente en Iglesia por el Trabajo Decente.

Necesitamos mirar la realidad con ojos abiertos como nos indica el papa Francisco en su Mensaje de Cuaresma:

«Para que nuestra Cuaresma sea también concreta, el primer paso es querer ver la realidad. Cuando en la zarza ardiente el Señor atrajo a Moisés y le habló, se reveló inmediatamente como un Dios que ve y sobre todo escucha: «Yo he visto la opresión de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos. Por eso he bajado a librarlo del poder de los egipcios y a hacerlo subir, desde aquel país, a una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel» (Ex 3,7-8). También hoy llega al cielo el grito de tantos hermanos y hermanas oprimidos. Preguntémonos: ¿nos llega también a nosotros? ¿Nos sacude? ¿Nos conmueve? Muchos factores nos alejan los unos de los otros, negando la fraternidad que nos une desde el origen».

Quizá uno de los mayores enemigos en esta tarea sean la polarización y las falsas noticias. No podemos abrir nuestras redes sociales para construir nuevos muros, para demonizar a quien piensa diferente. No podemos crear nuevos sanedrines para condenar a inocentes y enterrar la verdad y la esperanza. La misión de Jesucristo está en juego.

Confiamos en nuestra espiritualidad, la que nos conecta no solo con el infinito sino con el conjunto de la humanidad y el conjunto de toda la creación. La verdad y la dignidad humana son magníficos recursos para afrontar nuestros miedos. En unión con los movimientos populares podemos reclamar tierra, trabajo y techo.

En esta Cuaresma y a lo largo de todo 2024, Justicia y Paz Europa continuará, por tanto, su trabajo a largo plazo sobre la justicia social internacional y las tan necesarias reformas institucionales. Prestará especial atención a los temores sociales que se ignoran, pero también deconstruirá los miedos y ansiedades que pueden instrumentalizarse para manipular a la ciudadanía europea. Las comisiones miembro decidirán y propondrán actos y lugares donde puedan celebrarse intercambios honestos y veraces sobre los miedos y sus consecuencias a escala nacional, europea e internacional.

Javier Alonso, presidente CGJP