No Violencia

21.10.2022

El 2 de octubre ha sido proclamado como "Día Internacional de la No Violencia", ya que se conmemora que en tal fecha del año 1869 nació en la India, Mahatma Gandhi, predicador incansable, con sus palabras, hechos y vida, por la paz y referente mundial de los conceptos de no violencia y resistencia pasiva.

Mientras escribo estas líneas de reflexión sobre esta actitud y su protagonista, escucho la noticia de que aproximadamente 25 civiles han muerto en Zaporijia, Ucrania, en un ataque militar aéreo... y me pregunto si su testimonio -- y el de otros miles de mujeres y hombres pacifistas menos conocidas o simplemente anónimas - sirvió para algo y si nuestras palabras y acciones como creyentes en la paz tienen, hoy, algún sentido...

Y, a pesar del dolor y la rabia que siento, me digo que si , y por ello voy a seguir escribiendo.

Hay que proclamar muy alto y sin descanso que ser pacifista y mantener el principio de no oponer violencia a la violencia, no es una postura de personas "blandengues" ni de cobardes ni de bobas o ilusas ni de utópicas que viven en una nube.

NO: es una decisión radical de plantarse , de decir no y de actuar frente a quienes predican odio o desprecio, a quienes se creen superiores o poseedores exclusivos de la verdad, a quienes quieren imponer su poder o su codicia por la fuerza o la violencia, ya sea física/mecánica , ya sea ideológica/ intelectual, incluyendo por supuesto la agresividad verbal y la "gestual" ; pero también de denunciar a quienes diseñan, fabrican, venden, publicitan armas de todo tipo o justifican su uso.

La opción radical por la paz y la no-violencia hunde sus raíces en la convicción de que todas las personas son iguales en derechos y en dignidad y hermanas en una misma familia; y como creyentes, esta certeza se ve acrecentada y firmemente apoyada en palabras y actitudes que se hallan en el mismo centro (el "núcleo duro") del mensaje cristiano:  "Bienaventurados los mansos... porque heredarán la tierra ... bienaventurados los que trabajan por la paz... porque serán llamados hijos de Dios " (Evangelio de Mateo,5 ).

Como nos ha recordado el papa Francisco en reiteradas ocasiones, en especial en su encíclica Fratelli Tutti, la verdadera construcción de un mundo en paz, fraterno y no violento, requiere luchar contra la desigualdad y las causas que la provocan, y ello exige ejemplo, formación y educación para las generaciones jóvenes, pero no una educación abstracta y acrítica, meramente técnica o utilitarista, sino que beba y se nutra del diálogo intergeneracional, de las experiencias de generosidad, bondad y compasión por el sufrimiento acumulado a lo largo de los tiempos.

Así lo expresaba, de forma sencilla pero exigente en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2022:  "entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible: el diálogo. El diálogo entre las generaciones... Dialogar significa escucharse, ponerse de acuerdo y caminar juntos... fomentar todo esto entre las generaciones significa labrar la dura y estéril tierra del conflicto para cultivar allí las semillas de una paz duradera y compartida... Los grandes retos sociales y los procesos de construcción de la paz no pueden prescindir de del diálogo entre los poseedores de la memoria - los mayores y los continuadores de la historia - los jóvenes ".

 "Dios es paz y conduce siempre a la paz, nunca a la guerra.



Y en el reciente discurso pronunciado en la apertura del Encuentro de Lideres de las Religiones Mundiales y Tradicionales, celebrado hace pocos días en Kazajistán: "no justifiquemos nunca la violencia: No permitamos que lo sagrado sea instrumentalizado... Dios es paz y conduce siempre a la paz, nunca  a la guerra. Comprometámonos, por tanto, aún más a promover y reforzar la necesidad de que los conflictos se resuelvan no con las ineficaces razones de la fuerza, con las armas, amenazas y presiones injustas, sino con los únicos medios bendecidos por el cielo y dignos del hombre: el encuentro, el diálogo y la paciencia, y pensando especialmente en los niños y en las jóvenes generaciones... ello sea el fruto de un compromiso educativo constante ... Les ruego que INVIRTAMOS EN ESTO , NO EN LOS ARMAMENTOS SINO EN LA EDUCACIÓN ".

Esta debería ser la fórmula para una sociedad que destierre la violencia en sus hechos y en sus actitudes: educar para crear en las conciencias el coraje cívico necesario para renunciar, sin miedos ni vergüenzas, a cualquier tipo de violencia (incluso la que parece menor o usual, por ejemplo en el lenguaje, la música o los gestos, como decía antes).

Urge esforzarse por conseguir que los niños y niñas y la juventud sean también capaces de desterrar la cultura de la agresión, de la "chulería", de la burla , del acoso , del machismo, de la pelea, del puñetazo o del navajazo, de las expresiones como "hay que saber defenderse como un hombre ".

Y para ello, hay que ofrecerles elementos de prestigio, no solo divulgando las vidas y los empeños de las grandes figuras del pacifismo y la no-violencia, como Gandi, Martin Luther King, Mandela, Desmond Tutu, el Dalai Lama, Bertrand Russell, Albert Schweitzer, Lanza del Vasto, John Lennon ...; sino también, y sobre todo, con el ejemplo y testimonio, personal y colectivo de nuestra manera de hacer, en nuestras familias, comunidades, barrios, instituciones y entidades.

Esta es una gran ocasión que nuestra Iglesia, si quiere ser fiel a los dolores y necesidades de las mujeres y los hombres, no puede desatender; es cierto que, afortunadamente, vivimos momentos positivos recientes, como la adhesión al Tratado para la No Proliferación de Armas Nucleares o la condena sin paliativos a la tortura o a la pena de muerte.


Pero el reto es enorme y nada es bastante.

Eudald Vendrell Ferrer
Vicepresidente CG Justicia y Paz