A Arcadi Oliveres, incansable buscador de paz, nuestra gratitud y cariño
El fallecimiento de Arcadi suscita en la familia de Justicia y Paz sentimientos encontrados de pena por su muerte y de agradecimiento profundo por su vida.
La trayectoria de varias comisiones diocesanas comenzó de su mano: Burgos, Cádiz-Ceuta, Ibiza, Lleida, Tenerife... habiendo alentado el trabajo de todas. Representó a la Comisión General de Justicia y Paz durante muchos años, que nos parecen incontables por su acompañamiento natural y lúcido. Primero fue vicepresidente, de 1986 a 1999, y continuó como presidente, de 1999 a 2003. Fue difícil encontrar a alguien que sustituyera su entrega, no porque él quisiera permanecer en esos puestos de servicio, ya la enfermedad comenzaba a enviarle avisos para disminuir el activismo, sino porque había puesto un alto listón debido a su carisma.
Además de su enorme compromiso por la justicia y la paz y su grandísimo respeto a toda vida, era de agradecer su cercanía y afecto por cuantas personas se acercaban a él y le pedían una palabra, un pensamiento o simplemente acompañar sus inquietudes de libertad y justicia.
No
podemos olvidar su cazadora marrón de ante de la que no podía estar lejos ni
la colección de palabras oxímoron, como "carpintería metálica". No pretendemos
citar las innumerables campañas en las que ha participado porque no acabaríamos
nunca pero lo que sí queremos recordar es su preocupación por la erradicación
del hambre y la pobreza que seguirá siendo la nuestra.
Comisión General de Justicia y Paz