Aprobado el Pacto para el Futuro, débil en desarme nuclear

23.09.2024

La Cumbre del Futuro, celebrada los días 22 y 23 de septiembre, se inauguró con un reñido acuerdo consensuado sobre el Pacto para el Futuro, de 61 páginas, en el que se alcanzó un consenso, pero con un lenguaje débil en materia de desarme nuclear.

La Cumbre del Futuro y el Pacto acordado, descritos como una reunión única en su género diseñada para afrontar los retos de un mundo cambiante, abordan una serie de cuestiones clave, desde la reafirmación de los objetivos esbozados en el Acuerdo de París hasta el acuerdo para avanzar hacia la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El Pacto contiene 56 medidas para abordar cuestiones que van desde el desarrollo sostenible hasta la transformación de la gobernanza mundial.

La Acción 25 del Pacto se centra explícitamente en las armas nucleares y la guerra nuclear y compromete a todos los Estados a «hacer todo lo posible para evitar el peligro de una guerra de este tipo». Mientras que la Acción 26 es una renovación del compromiso de «cumplir las obligaciones y compromisos de desarme».

El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó el Pacto de «primer compromiso renovado con el desarme nuclear multilateral en una década».

El texto sobre armas nucleares contenido en la Acción 25 no hacía referencia a ningún tratado específico, sino que volvía a comprometerse con el objetivo de la eliminación total de las armas nucleares y con «reforzar la arquitectura del desarme y la no proliferación y trabajar para evitar cualquier erosión de las normas internacionales existentes y tomar todas las medidas posibles para evitar la guerra nuclear». Este lenguaje de compromiso cambiaba significativamente respecto al borrador cero del documento (PDF), que contenía llamamientos mucho más específicos a los Estados nuclearmente armados para que emprendieran acciones concretas encaminadas a aumentar la transparencia, reducir el papel de las armas nucleares en las estrategias de seguridad y entablar un diálogo sobre estabilidad estratégica. El borrador final no era ni mucho menos tan explícito, aunque sí tiene «presente que "una guerra nuclear no puede ganarse y nunca debe librarse"».

Tras la adopción del Pacto, Enrique E. Manalo, secretario de Asuntos Exteriores de Filipinas, declaró: «El Pacto aporta nuevo vigor a nuestra tarea inacabada de eliminar las armas nucleares y otras armas de destrucción masiva».

Noticia ICAN