OLS3: Economía ecológica
Producción sostenible, comercio justo, consumo ético, inversiones éticas en personas y naturaleza son las acciones propuestas por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral en el tercer objetivo Laudato si'.
No se puede pensar en recetas uniformes, porque hay problemas y límites específicos de cada país o región. También es verdad que el realismo político puede exigir medidas y tecnologías de transición, siempre que estén acompañadas del diseño y la aceptación de compromisos graduales vinculantes. [...] Esto implica favorecer formas de producción industrial con máxima eficiencia energética y menos cantidad de materia prima, quitando del mercado los productos que son poco eficaces desde el punto de vista energético o que son más contaminantes. También podemos mencionar una buena gestión del transporte o formas de construcción y de saneamiento de edificios que reduzcan su consumo energético y su nivel de contaminación. Por otra parte, la acción política local puede orientarse a la modificación del consumo, al desarrollo de una economía de residuos y de reciclaje, a la protección de especies y a la programación de una agricultura diversificada con rotación de cultivos. Es posible alentar el mejoramiento agrícola de regiones pobres mediante inversiones en infraestructuras rurales, en la organización del mercado local o nacional, en sistemas de riego, en el desarrollo de técnicas agrícolas sostenibles. Se pueden facilitar formas de cooperación o de organización comunitaria que defiendan los intereses de los pequeños productores y preserven los ecosistemas locales de la depredación. ¡Es tanto lo que sí se puede hacer!. (LS, 180)
La Laudato si' invita a buscar otros modos
de entender la economía y el progreso (LS, 16). En los últimos años han surgido
muchas propuestas de economía, alternativas al actual capitalismo,
que reflejan la insatisfacción social con el modelo. Todas ellas coinciden en
poner el planeta y las personas en el centro.
"Hoy, pensando en el bien común, necesitamos imperiosamente que la
política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al
servicio de la vida, especialmente de la vida humana" (LS, 189) y sobre todo de las personas más pobres. Poner en práctica algunas propuestas de estas innovaciones económicas puede contribuir como aportación ética, en los distintos niveles y ámbitos de actuación, a la administración de la casa común. De todo ello, hablamos el día 17 de febrero, a las 18 h.